17/12/09: Las negociaciones dirigidas...por el presidente del Congreso

El presidente del Congreso de los Diputados ocupa un cargo institucional y, por lo tanto, debe ser neutral y no intervenir nunca en la lucha partidista. El socialista José Bono, sin embargo, ha ignorado esa ley no escrita al negociar entre bambalinas con el PNV para lograr que los nacionalistas vascos se sumasen a los partidos de izquierda y votasen a favor del proyecto de reforma de la Ley del Aborto, según han confirmado a El Confidencial fuentes parlamentarias de toda solvencia.

Los nacionalistas vascos habían advertido que sólo apoyarían la reforma si se introducían dos enmiendas que consideraban "irrenunciables": el derecho de los padres o tutores a ser informados en el caso de las menores de 16 y 17 años que decidan abortar, y el reconocimiento de la objeción de conciencia del personal sanitario que intervenga en la interrupción de un embarazo.

En las conversaciones oficiales participaron el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, José Antonio Alonso, y los diputados nacionalistas Joseba Agirretxea y Aitor Esteban. Pero en el último tramo de la negociación, y ante la negativa del PNV a renunciar a sus enmiendas, Bono decidió tomar cartas en el asunto, rompiendo la neutralidad a la que está obligado por su cargo, para tratar de vencer la resistencia peneuvista y reforzar la imagen de consenso, dejando aislado al PP.

Las gestiones de Bono en la sombra con la dirección del Grupo Parlamentario Vasco dieron su fruto. El PSOE, finalmente, aceptó las condiciones exigidas por el PNV, pero éste también tuvo que ceder: los padres de las menores que aborten serán informados, siempre y cúando éstas no aleguen "fundadamente" que existe riesgo de violencia intrafamiliar, amenazas, coacciones o malos tratos si comunican a sus progenitores que van a interrumpir su embarazo. Esa fórmula ambigua satisfizo al PNV y, a la vez, permitió al PSOE salvar los muebles ante sus aliados de izquierda, ya que, en la práctica, cualquier joven podrá sortear fácilmente ese obstáculo, como pretendían ERC, IU y BNG.