El Rey hizo gestiones personales ante el dueño de
Louis Vuitton, Bernard Arnault, para que el emporio mundial de las marcas de lujo más exclusivas aportase fondos a las arcas
del Instituto Nóos. La mediación de Don Juan Carlos dio sus frutos, y
Arnault patrocinó en 2004 la primera edición del Valencia Summit, un congreso de
tres días de duración sobre la influencia del deporte en el desarrollo de las
grandes ciudades que reportó a Iñaki Urdangarín y su socio, Diego
Torres, unos ingresos de más de 2,4 millones de euros.
Como ya adelantó El Confidencial, Urdangarín pidió en 2004 a su entonces
cuñado Jaime de Marichalar, ex marido de la infanta Elena de Borbón,
que le ayudase a captar clientes para el Instituto Nóos. Marichalar,
que era elmáximo responsable en España de la firma LVMH (Louis Vuitton & Möet Henessy),
intercedió ante Arnault para que éste financiase al duque de Palma, pero el
multimillonario francés sólo accedió a aportar fondos después de las
gestiones personales del Rey, según han revelado fuentes muy cercanas al ex
duque de Lugo.
Urdangarín recurrió primero a Marichalar porque
éste disponía de una exclusiva agenda de contactos de la que entonces carecía
el marido de la infanta Cristina de Borbón. El duque de Lugo era consejero
de media docena de sociedades -entre ellas LVMH-, asesoraba a algunas de las
mayores fortunas de dentro y fuera de España, mantenía excelentes relaciones
con poderosos empresarios y no dudaba en utilizar su condición de yerno del Rey
como tarjeta de visita. Una estrategia que ya empezaba a aplicar por
su cuenta el propio Urdangarín.
Marichalar, en un principio, dio largas a su cuñado, según
las fuentes consultadas. Urdangarín, que ya había logrado que la Generalitat valenciana
y el Ayuntamiento de la capital financiasen el Valencia Summit, quería
además un sponsor de postín. Y ante las reticencias del
duque de Lugo a que supatrón Arnault patrocinase el evento, recurrió
entonces al Rey para que tratara de persuadir a Marichalar. Éste, ante la
insistencia del monarca, trasladó la propuesta al dueño de Louis Vuitton y
otras marcas de lujo como Loewe, Christian Dior, Möet & Chandon o Kenzo.
Pero Arnault no mostró excesivo entusiasmo por el proyecto.
Urdangarín, frustrado, recurrió de nuevo a su suegro. Y
Don Juan Carlos telefoneó entonces personalmente al magnate francés para que
echara una mano a su yerno. Arnault, finalmente, accedió a la petición del Rey,
y la firma Louis Vuitton se convirtió en la principal patrocinadora de la
primera edición del Valencia Summit, que también fue regada generosamente
con dinero público de la
Generalitat , entonces gobernada por Francisco Camps, y
del Ayuntamiento de Valencia, al frente del cual estaba la actual alcaldesa, Rita
Barberá.
La mediación del Rey ante Arnault no fue, ni mucho
menos, la única ayuda que el jefe del Estado prestó a su yerno. Los correos
electrónicos que Torres ha entregado al juez que investiga la trama de
corrupción, José Castro, prueban que el monarca y su hija, la infanta
Cristina, también
respaldaron a Urdangarín en sus negocios después de que éste
abandonase en la primavera de 2006, al menos formalmente, la dirección del
Instituto Nóos. (Fuente: El Confidencial)
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