El 24 del pasado mayo el Juzgado número 2 de Lugo, por orden de la juez Estela San José, ordenaba la detención de 15 personas y la realización de 12 registros en sedes empresariales y en domicilios particulares, entre los que estaban los de directivos y personal de Nupel, la empresa propiedad de Jorge Dorribo, y de otras empresas que supuestamente colaboraron en una trama de cobro ilegal de subvenciones.
Agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera (dependiente de la Agencia Estatal Tributaria) estaban tras la pista de una gran empresa de Lugo a que recibía subvenciones públicas del Instituto Galego de Promoción Económica (Igape), un ente de la Consellería de Economía e Industria de la Xunta, para fomentar nuevas inversiones en otras empresas.
La mayor parte de los implicados en esta trama son muy conocidos en Lugo y algunos de ellos tenían negocios compartidos. Se les imputan diversos delitos de fraude en subvenciones públicas, falsedad documental, alzamiento de bienes, blanqueo de capitales y fraude fiscal.
El principal implicado y, aún en prisión por este caso, es el empresario Jorge Dorribo, consejero de Nupel. La trama se centra, principalmente, en él porque fue quien, presuntamente, manipulaba las facturas para el cobro de subvenciones del Igape con la connivencia de dirigentes del propio organismo público. En marzo de 2011 se le aprobó la última subvención de casi un millón de euros que se justificaron con facturas emitidas por sus empresas.
La farmaceutica Nupel fue la segunda de mayor facturación de Lugo en 2006, tras Aluma-Aluminio y Dorribo, que pavoneaba de ser uno de los empresarios más ricos de la provincia, llegó a tener un jet privado y ser propietario de la escudería Nupel, de la que fue Director de Equipo el piloto de rallies Luis Moya.
El ministro portavoz y de Fomento, José Blanco, apareció en escena tras la información publicada este martes por EL MUNDO. Dorribo lo acusa de cobrar 400.000 euros a cambio de facilitarle una ayuda de más de 467.000 euros de la Dirección de Ayudas Regionales para que el Ministerio de Sanidad agilizara unos permisos de Laboratorios Nupel. Los cobros de los supuestos sobornos se realizarían a través de las empresas Proitec, registrada en el marco de la trama, y Electricidad Espiñeira y Bran, propiedad de un primo político del ministro. (Fuente: El Mundo)
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