Luis Bárcenas pagó durante años sobresueldos en negro a
parte de la cúpula del PP. Las cantidades que contenían los sobres
oscilaban entre los 5.000 y los 15.000 euros mensuales, según han asegurado a
EL MUNDO cinco fuentes solventes de las sucesivas direcciones del partido.
Luis Bárcenas controló esta práctica tanto durante los
casi 20 años que ejerció de gerente del partido, como en el año escaso que
permaneció como tesorero. El dinero procedía de comisiones cobradas a
constructoras y compañías de seguridad y de donaciones anónimas.
Bárcenas ha amenazado con sacar a la luz esta contabilidad B
si el partido no le ayuda a librarse de las consecuencias penales del caso
Gürtel, que podría acarrearle una condena de cárcel.
El ex gerente y ex tesorero del PP Luis Bárcenas pagó
durante años sobresueldos en dinero negro a la cúpula del partido y otros altos
cargos. Los beneficiados con el reparto de sobres tenían un salario orgánico en
A -en muchos casos, también uno institucional- y una cantidad adicional en
B.
Desde que estallase el caso Gürtel a principios de 2009,
Luis Bárcenas, que aparecía en la contabilidad paralela de la trama dirigida
por Francisco Correa como Luis el cabrón, ha venido amenazando a las más altas
instancias del PP con identificar a los perceptores de los sobresueldos si no
le libraban de "comerse el marrón judicial". Al más puro estilo Diego
Torres, advierte que, o le buscan un atajo para sortear la cárcel, o arrojará
"las bombas atómicas" que obran en su poder.
Hay que recordar que el hombre que gestionaba las finanzas
del partido está imputado por el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional. El
pasado miércoles se hizo público que llegó a tener, "junto a otras
personas" cuya identidad no ha revelado, 22 millones de euros en el
Dresdner Bank de Ginebra a través de una sociedad panameña. Un detalle: según su
versión, esta cuenta opaca al fisco español data de antes de 1990, que es
cuando se inició el abono de sobresueldos irregulares.
La bomba atómica que posee Luis Bárcenas, de 55 años y un
auténtico pata negra del PP -empezó a llevar las cuentas con el efímero Antonio
Hernández-Mancha en 1987-, se llama "contabilidad B del PP".
Y esa contabilidad B, que asegura tener a buen recaudo,
recoge todos los salarios en negro que abonó durante años a la cúpula del
partido y altos cargos de Génova 13. Hasta cinco fuentes diferentes han
confirmado a EL MUNDO lo que Bárcenas relata entre bastidores. Que los sobres
en negro a la cúpula iban desde los 5.000 euros al mes para los secretarios de
área, a los 15.000 que percibían las más altas instancias. Existía un nivel salarial
intermedio de 10.000 euros.
Esta costumbre procede de la época en que Manuel Fraga
presidía Alianza Popular. En aquellos momentos, era tradición en todas las
formaciones políticas el empleo de dinero en metálico para llevar a cabo la
mayoría de las remuneraciones internas.
Con la llegada de Francisco Álvarez-Cascos a la Secretaría General del
PP en enero de 1989, esta costumbre se estandarizó dentro de la
contabilidad de Génova 13 que, a partir de entonces, tenía una vertiente
oficial y declarada a Hacienda y otra en dinero negro plenamente sistematizada.
Tras el Congreso de Sevilla de 1990, en el que se oficializó el relevo de
Manuel Fraga por José María Aznar,
el político asturiano prosiguió con su costumbre de los sobresueldos en B.
Álvarez-Cascos tenía como tesorero a Rosendo Naseiro, que
tuvo que dimitir en 1990 por un escándalo de posible corrupción y, como
gerente, es decir, como el auténtico cerebro en la sala de máquinas de la
financiación, a Luis Bárcenas, un licenciado en Ciencias Empresariales por la
prestigiosa universidad de los jesuitas Icade. El aparatchik andaluz ascendió
en el partido gracias a la convergencia de tres factores: su gran dominio de
los números, su discreción y su amistad con Luis Fraga, sobrino del fundador,
con el que Bárcenas estuvo a punto de coronar el Everest en agosto de 1987 -se
quedaron a 150 metros de la cima-.
Bárcenas era el encargado del trabajo sucio. Tarea para la
que fue confirmado en su puesto por Javier Arenas, que aterrizó en la Secretaría General del
PP en 1999. El democristiano sevillano permaneció en este puesto hasta el otoño
de 2003, en que le sucedió un Mariano Rajoy, que ejercía de presidente de facto
más que de secretario general real. Por una sencilla razón: el presidente
continuaba siendo José María Aznar,
pero de iure. Más que nada, porque era un político con fecha de caducidad
(marzo de 2004). Según las fuentes consultadas, Rajoy nunca cobró esos
sobresueldos.
En octubre de 2004, con la toma de posesión de Mariano
Rajoy como presidente del PP y de Ángel Acebes como secretario general, tampoco
se interrumpió la entrega de sobres a la cúpula del partido y a buena parte del
organigrama de la sede nacional de Génova 13. Eso sí, el debate, que llevaba
años abierto, aumentó exponencialmente en virulencia. El ahora presidente del
Gobierno sí tomó la determinación de prescindir de la trama Gürtel a la hora de
organizar los actos y las campañas del partido, al menos, a nivel nacional.
Fue María Dolores
de Cospedal, abogada del Estado excedente, y a instancias de Rajoy, la que dijo
"basta ya" al reparto de sobresueldos en B en el partido tras
acceder a la
Secretaría General del partido en el Congreso de
Valencia de junio de 2008. La actual presidenta de la Junta de Comunidades de
Castilla-La Mancha adoptó en 2009 la draconiana decisión de poner fin a más de
20 años de salarios en negro y de declarar al fisco hasta el último euro que
entraba y salía del partido, nóminas incluidas. Desde entonces, todas las
personas que cobran sueldos orgánicos lo hacen pagando sus impuestos
correspondientes.
Tres cuartos de lo mismo sucede con los dirigentes populares
que compatibilizan sus cargos institucionales -presidencias autonómicas,
alcaldías, Congreso de los Diputados o Senado- con los orgánicos. La diferencia
entre la era Cospedal y las anteriores es que ahora ni un solo euro escapa a
Hacienda.
También se tiraba de dinero negro para satisfacer con
sobresueldos tanto a trabajadores cualificados del partido, como para fidelizar
a los escoltas, tanto los que prestaban sus servicios dentro de la casa como
los que se dedicaban a proteger a amenazados por ETA.
¿Y de dónde salían estas ingentes cantidades de dinero
negro? El dinero para estos sobresueldos procedería, según varias fuentes
consultadas, del pago de comisiones por parte de constructoras tras
recibir contratos públicos o a cambio de adjudicarles obras en las numerosas
sedes que el PP tiene a lo largo y ancho de la geografía nacional. La segunda
vía de financiación procedía de las compañías de seguridad que trabajaban
para el PP o para administraciones públicas que controlaba la formación de
centroderecha. (Fuente: El mundo)